Los helicópteros volaban en formación y la Cabalgata de las Valkirias sonaba a todo volumen en los altavoces instalados en sus patas. Sí, el Coronel Lisardo de la IV región de Oriente no solo era un psicópata, sino que era un fanático de Apocalypse Now. Creía que la música haría el mismo efecto en sus enemigos que lo que había visto en la famosa película de Coppola.
Pero esa no era su única obsesión con Wagner, todas las mañanas despertaba a su tropa a las cinco en punto, con otra famosa sinfonía del compositor austríaco: El anillo del Nibelungo. Tristán e Isolda era otra melodía que resonaba siempre en el acuartelamiento a la hora del rancho. Nunca se supo si la música hacía daño al enemigo, lo que era un hecho es que sí se lo hacía a sus propios soldados.
Cuando los lugareños vieron llegar la horda de helicópteros, huyeron sin control a cobijarse en sus pequeñas chozas de adobe y paja.
Todos menos ella.
Niurka esperaba agazapada en su madriguera. Un agujero excavado en una pequeña elevación a unos doscientos metros de los límites del pueblo. Desde allí podía divisar a kilómetros a cualquier enemigo que se acercara a la aldea por tierra o aire. Tenía apostadas dos ametralladoras, el famoso AK-47; y el destructor de pájaros, que se había ganado el sobrenombre por haber liquidado a más de 30 helicópteros en aquella guerra sin fin. Técnicamente era un Barret M82A1. Un fúsil de proyectiles del calibre 50. Lo consiguió en una de sus «excursiones» a la zona enemiga.
Todo un caramelito.
La francotiradora también tenía su propia música. Se hizo con un viejo iPod que una de sus víctimas portaba en un bolsillo. Le limpió un poco la sangre y tras pelearse un poco con el arapatejo, descubrió como usarlo. De esta forma empezó a disfutar de buen rock americano de los sesenta y setenta. Al principio le pareció ruido del infierno, pero después disfrutó de temas de los Who, los Rolling y The Doors entre otros. Descubrió también que el rock le ayudaba a mantener la calma a la hora de apretar el gatillo.
Y tenía que apretarlo docenas de veces.
Wagner contra rock, rock contra Wagner. Un duelo que habría de decidirse en menos de cinco minutos o quizá en más de un año. Catorce mese llevaba el Coronel Lisardo en aquella tierra dejada de la mano de Dios. Y aquel francotirador que daba al traste con más de la mitad de sus misiones era su objetivo primordial. Era un buen hijo de puta y un cobarde, que, escondido, era capaz de acabar con las vidas de decenas de sus muchachos. Y gracias a un informador habían descubierto una probable ubicación.
Y ese maldito destructor de pájaros.
El Coronel, que ya estaba cansado de ese bastardo, había pedido refuerzos al puesto de mando global. Aquel día, en lugar de los cuatro Black Hawks con los que habitualmente contaba, marchaba con siete.
Casi el doble joder, no podemos fallar.
Ni en sus más remotas pesadillas sospechaba que Niurka no era un cobarde hijo de puta, sino que su santa madre la parió con un par de ovarios. Y cuando su progenitoria murió entre sus brazos, se hizo un juramento a sí misma. Tan solo tenía catorce años. Ahora estaba a punto de cumplir los dieciséis, toda una mujer que ya debería estar casada.
Jódete pàpa.
El coronel había destruido la mitad de lo que ella sentía como su patria, pero todavía no había atacado su pueblo natal. Y no estaba dispuesta a consentirlo.
Ni yo ni Janis Joplin.
El destructor de pájaros tenía ganas de disparar, ella lo podía sentir, conversaba con él y le tarareaba sus canciones favoritas.
I can´t get no…Satisfaction…
Ella solo sentía se sentía satisfecha cuando veía los pájaros caer. Boom, boom: un par de disparos, uno a la cola y otro al rotor principal. Suficiente. Pero ese día había demasiados Hawks, tenía que esperar a que cambiaran su orientación, y quedar a su espalda. De lo contrario revelaría su posición y eso era lo último que deseaba.
Pero los helicópteros empezaron a regar de fuego la aldea, primero con proyectiles incendiarios, después a golpe de ametralladora. Demasiados cadáveres, demasiada destrucción.
Lisardo disfrutaba de la masacre desde la retaguardia del escuadrón, como buen jefe. Quería localizar a ese sucio perro cobarde con rifle. No le importaba sacrificar un par de Black Hawks con tal de econtrar su ratonera.
Aquí se viene a morir ¡Qué carajo!
Niurka no podía tolerarlo más, los muy hijos de mala madre se encaminaban a la pequeña escuela del pueblo. Ella intuía que en ese pájaro de la retaguardia, iba un pez gordo. Y que acechaba esperando un error suyo. Pero ese era su pueblo y tenía un plan.
¡Muerde el polvo pajarito!
Boom, boom.
No solía fallar, su escasez de municiones no se lo permitía. Y no lo hizo. Atravesó el rotor y la cola del helicóptero de cabeza. No duraría en el aire más de un minuto. Y además hubo suerte: el Hawk dio un bandazo al ver su rotor y su cola inutilizados. Y chocó con el otro helicóptero con el que marchaba en formación. Los dos acabaron en el suelo. La escuela estaba a salvo.
Por el momento.
«Te tengo bastardo» El Coronel Lisardo localizó el fogonazo del Barret, y dio orden por radio al resto del escuadrón de atacar la posición. Tres Hawks viraron y se dirigieron al agujero de Niurka. Seis proyectiles destrozaron el altozano que le servía de refugio. Una gran sonrisa se dibujó en el rostro del coronel. La misma sonrisa que iluminaba la cara de Niurka en ese mismo instante.
Boom, boom.
Boom, boom.
Boom, boom.
Cola, rotor.
Cola, rotor.
Cola, rotor.
Niurka había escapado por un túnel subterráneo que conducía a su propia casa. Y con ella los 10 kilos de peso del Barret. Cuando los tres helicópteros le dieron la espalda, acabó con ellos al ritmo de The Doors.
«You know the day destroys the night
Night divides the day
Tried to run, tried to hide
Break on through to the other side»
Los había roto, los había mandado al otro lado pero todavía quedaban dos pájaros en el aire y uno de ellos era el más peligroso.
Lisardo estaba a punto del colapso, tan ensimismado en su supuesta victoria que no había detectado la nueva posición de Niurka.
—¿De dónde coño han venido esos disparos capitán?—gritó al piloto.
—No lo he podido localizar, mi Coronel.
Gritó lo mismo por radio pero no hubo respuesta.
-Hawk 6. ¿De dónde han venido esos disparos?
—No lo sé Coro…
Boom.
Niurka acababa de volar la cabeza al piloto del quinto Hawk, y el helicóptero dio también un bandazo hasta chocar contra el del Coronel. El golpe fue muy fuerte y varios soldados cayeron al vacío. La fuerza del impacto arrastró a los dos helicópteros. Lisardo no paraba de maldecir mientras se agarraba con fuerza a las asideras del interior para no caer también.
Wagner seguía sonando a todo volumen.
Y no se detuvo cuando los dos helicópteros impactaron contra el suelo.
Hubo una explosión en el Hawk 6 que provocó un incendio. Las llamas se propagaron al pájaro del coronel que yacía atrapado por la ametralladora, descolgada de su posición de seguridad. Cuando las llamas parecía que iban a comérsele, apareció el copiloto con el pequeño extintor que llevan todos los Hawks y apagó parte las llamas.
—Ayúdeme a mover la ametralladora mi Coronel.
Con la ayuda del soldado pudieron levantarla y escapar de aquel amasijo de hierro y fuego.
—Gracias Sargento—dijo el coronel. En su mirada se percibía el miedo, un miedo al que no estaba acostumbrado
—No hay de qué mi coronel, es mi obligación.
—¿Informe de bajas?
—Solo quedamos usted y…
Boom.
El pecho del sargento explotó manchando de sangre la cara del coronel que observó la escena sin poder reaccionar. El cuerpo del copiloto cayó sobre él, y le sujetó como pudo antes de caer. Miró los ojos sin vida de su soldado y levantó la cabeza donde pudo vislumbrar la figura del Cazador de pájaros.
Niurka iba cubierta por completo con su fular militar. Cogió el rifle con las dos manos y lanzó su culata a la cara del Coronel, pero este paró el golpe y forcejeó con la francotiradora. A su lado estaba el extintor con el que el sargento había apagado el fuego, lo cogió y consiguió golpear a Niurka en el pecho, tan fuerte que soltó el rifle y cayó hacia atrás.
Lisardo se acercó hasta ella y le propinó una patada entre las piernas. Niurka se retorció dolorida, pero el Coronel esperaba que se quejara más y eso le extrañó.
Observó el rifle con admiración.
—Tienes aquí todo un juguetito hijo de perra—dijo el coronel sonriendo. Lo cogió y apuntó hacia Niurka que esperaba en el suelo su muerte. Ambos cruzaron sus miradas y el coronel bajó el arma.
—¿Pero qué carajo?
Se dirigó hacia la mujer y le propinó otra patada en los genitales, Niurka apenas se inmutó esta vez. El coronel se agachó y le quitó el fular, y, abriendo los ojos como platos, gritó y maldijo en varias lenguas a la vez.
Es lo que tiene la guerra, se mata gente pero se aprenden idiomas.
Esos segundos fueron suficientes para que Niurka propinara una patada tan violenta en la rodila del coronel, que la dobló por completo. Los gritos del militar se fundieron con los alaridos de dolor por la rodilla destrozada. Niurka se escabulló, consiguió ponerse en pie y le propinó otra patada—mucho más efectiva en este caso—en los genitales.
Lisardo cayó sobre la arena que tantas veces había maldecido. Niurka recogió el rifle, lo cargó y apuntó a la cabeza del coronel que aún se retorcía en el suelo.
Pero cambió su objetivo y disparó contra los malditos altavoces donde La Valkiria seguía sonando.
Bye, bye, Richard.
Cogió su cuchillo de doble filo, y se tumbó encima del Coronel con el arma sobre su cuello. Lisardo había cambiado sus gemidos de dolor por una de sus espeluznantes sonrisas.
—¿Una última carcajada antes de morir?
Lisardo siguió riendo, pero Niurka pudo mantener su sobriedad. Aún así quería saber qué causaba la risa de aquel bastardo.
—Si quieres que sea rápido, dime de qué te ríes.
—Si caigo, esto se convertirá en Hiroshima¡Zorra!¿Has visto la setita que le tiraron a los japos en televisión? ¿O aquí no ha llegado aún el UHF?
Niurka lo excrutó, estaba noqueado, su rodilla estaba destrozada y tenía magulladuras por todo el cuerpo. No suponía una amenaza.
—Usted vuela sobre el desierto con sus pájaros, pero ¿lo ha cruzado alguna vez a pie?
Lisardo dejó de sonreír. Aquel desierto no era un lugar humano, era solo para los alacranes y las serpientes, y para la arena.
—Vamos a hacer un poco de turismo, mi—Niurka se fijó en las condecoraciones del militar—Coronel.
Silbó un par de veces y se acercaron unos muchachos con los que conversó. Niurka entablilló con la ayuda de un hierro del helicóptero la maltrecha pierna de Lisardo que no podía mirarla a los ojos. Volvieron los muchachos con unos camellos cargados de agua y provisiones. Con su ayuda, subieron al coronel a uno y lo ataron con fuerza.
—Bienvenido a mi hogar mi Coronel.
Lisardo quería decir algo pero era incapaz. No quería darle el gusto a esa perra de verle quejarse. Se limitó a apretar sus mandíbulas y a cerrar los ojos.
Les esperaba un largo camino por el desierto.
Niurka, no sabría si lograrían cruzarlo. Quería cambiarlo por material a la otra guerrilla, mucho más sanguinaria si cabe. O quizá quería cambiarlo al mando general del propio Coronel por alguno de sus amigos que estaban retenidos. No lo había decidido aún.
Lo que sí había decidido era que quería ver sufrir a ese malnacido aunque fuera lo último que hiciera en su vida.
Puso en el iPod Get your Filthy Hands of my Desert de Pink Floyd, y se adentró en su mar de arena.
Este relato está escrito para el Reto de escritura creativa #OrigiReto2019 que co-organizan Stiby (@Stiby2) y KATTY (@Musajue,), del cual podéis encontrar las bases, pegatinas, Ranking de participantes, cómo apuntarse y datos varios en esta entrada de mi blog (La Pluma Azul de KATTY) y en esta otra de Stiby (Solo uncapítulo más).
Spike says
Está muy bien, tiene mucho ritmo y están muy bien integrados los versos musicales con la historia.
El único fallo que le veo, además recurrente, es que entre la última palabra del diálogo y la raya larga que marca el inicio del inciso del narrador tendría que haber un espacio. Y también deber haber puntuación cuando acaba ese inciso después de la segunda raya larga, por ejemplo:
—Vamos a hacer un poco de turismo, mi —Niurka se fijó en las condecoraciones del militar—. Coronel.
gzescribano says
Hola Spike, muchas gracias por pasarte y comentar. La verdad es que el tema de las acotaciones de diálogo se me hace muy tedioso. Sé que tengo que trabajarlo mucho más. Un saludo y hasta pronto.
Aitziber Conesa Madinabeitia says
Hola. El relato es bueno… de hecho creo que, sin extender la historia ni del coronel ni de Niurka, podrías darle líneas y puede que orden en el tramo sobre Wagner.
He visto algunas comas rarunas y una mortal. Si quieres que te las señale, dímelo.
Un abrazo
gzescribano says
Sí por favor, muéstramela. La verdad es que releyendo cambiaría muchas cosas, hay un “poco” que se repite también demasiado seguido. Mil gracias
Aitziber Conesa Madinabeitia says
Te lo pongo por aquí. Espero que no te moleste:
Pone. Pero esa no era su única obsesión con Wagner, todas las mañanas despertaba a su tropa a las cinco en punto, con otra famosa sinfonía del compositor austríaco: El anillo del Nibelungo.
Yo pondría: Pero esa no era su única obsesión con Wagner. Todas las mañanas despertaba a su tropa a las cinco en punto con otra famosa sinfonía del compositor austríaco: El anillo del Nibelungo.
Pone: Tenía apostadas dos ametralladoras, el famoso AK-47; y el destructor de pájaros, que se había ganado el sobrenombre por haber liquidado a más de 30 helicópteros en aquella guerra sin fin.
Yo pondría: Tenía apostadas dos ametralladoras: el famoso AK-47 y el destructor de pájaros, que se había ganado el sobrenombre por haber liquidado a más de 30 helicópteros en aquella guerra sin fin.
Pone: Le limpió un poco la sangre y tras pelearse un poco con el aparatejo, descubrió como usarlo.
Yo pondría: Le limpió un poco la sangre y, tras pelearse un poco con el aparatejo, descubrió cómo usarlo.
Pone: Era un buen hijo de puta y un cobarde, que, escondido, era capaz de acabar con las vidas de decenas de sus muchachos.
Yo pondría: Era un buen hijo de puta y un cobarde que, escondido, era capaz de acabar con las vidas de decenas de sus muchachos.
Pone: Y cuando su progenitora murió entre sus brazos, se hizo un juramento a sí misma
Yo pondría: Y, cuando su progenitora murió entre sus brazos, se hizo un juramento a sí misma
Pone: Ni yo ni Janis Joplin.
Yo pondría: Ni yo, ni Janis Joplin
Pone: El destructor de pájaros tenía ganas de disparar, ella lo podía sentir, conversaba con él y le tarareaba sus canciones favoritas.
Yo pondría: El destructor de pájaros tenía ganas de disparar; ella lo podía sentir. Conversaba con él y le tarareaba sus canciones favoritas
Pone Niurka no podía tolerarlo más, los muy hijos de mala madre se encaminaban a la pequeña escuela del pueblo. Ella intuía que en ese pájaro de la retaguardia, iba un pez gordo.
Yo pondría: Niurka no podía tolerarlo más; los muy hijos de mala madre se encaminaban a la pequeña escuela del pueblo. Ella intuía que en ese pájaro de la retaguardia iba un pez gordo.
Pone: «Te tengo bastardo» El Coronel Lisardo localizó el fogonazo del Barret, y dio orden por radio al resto del escuadrón de atacar la posición.
Yo pondría: «Te tengo, bastardo» El Coronel Lisardo localizó el fogonazo del Barret y dio orden por radio al resto del escuadrón de atacar la posición.
Pone: Y con ella los 10 kilos de peso del Barret
Yo pondría: Y, con ella, los 10 kilos de peso del Barret
Pone: Los había roto, los había mandado al otro lado pero todavía quedaban dos pájaros en el aire y uno de ellos era el más peligroso.
Yo pondría: Los había roto, los había mandado al otro lado, pero todavía quedaban dos pájaros en el aire y uno de ellos era el más peligroso.
Pone: —¿De dónde coño han venido esos disparos capitán?—gritó al piloto. […]—No lo sé Coro…
Yo pondría: : —¿De dónde coño han venido esos disparos, capitán?—gritó al piloto. […]—No lo sé, Coro…
(Y, como éstos, todos los diálogos con vocativos. ”Lo que sea lo que sea, nombre o cargo.”)
Pone: A su lado estaba el extintor con el que el sargento había apagado el fuego, lo cogió y consiguió golpear a Niurka en e l pecho, tan fuerte que soltó el rifle y cayó hacia atrás.
Yo pondría: A su lado estaba el extintor con el que el sargento había apagado el fuego. Lo cogió y consiguió golpear a Niurka en e l pecho, tan fuerte que (ella) soltó el rifle y cayó hacia atrás.
Pone: Esos segundos fueron suficientes para que Niurka propinara una patada tan violenta en la rodilla del coronel, que la dobló por completo.
Yo pondría: Esos segundos fueron suficientes para que Niurka propinara una patada tan violenta en la rodilla del coronel que la dobló por completo.
Pone: Cogió su cuchillo de doble filo, y se tumbó encima del Coronel con el arma sobre su cuello.
Yo pondría: Cogió su cuchillo de doble filo y se tumbó encima del Coronel con el arma sobre su cuello.
Pone: Niurka lo excrutó, estaba noqueado, su rodilla estaba destrozada y tenía magulladuras por todo el cuerpo.
Yo pondría: Niurka lo escrutó. Estaba noqueado, su rodilla estaba destrozada y tenía magulladuras por todo el cuerpo.
Pone: Niurka, no sabría si lograrían cruzarlo.
Yo pondría: Niurka no sabría si lograrían cruzarlo
gzescribano says
Hola Aitizber. Claro que no me molesta. Menuda lección magistral del corrección ortotipográfica. Madre mía, hay algunas de las que me avergüenzo y no entiendo cómo he podido ponerlo tan tan mal. Millones de gracias, de corazón.
Vanessa says
Me ha gustado la propuesta para este objetivo. Cumples muy bien que sea tema central la música. ¡Hasta las estaba tarareando mientras aparecían en el relato!
Y también siendo amante del cine, me ha gustado mucho la mención a Coppola.
¡Saludos!
gzescribano says
Gracias Vanessa, Coppola se merece todas las menciones literarias posibles. Saludines.
KATTY says
Este reato es genial. Al principio estaba un poco perdida, porque el tema bélico no es lo mío, pero es muy visual, muy rápido de leer, la lectura no pierde ritmo y creo que está muy logrado. Me ha gustado especialmente la motivación de la francotiradora y tengo que reconocer que has hecho los deberes en cuando a material militar xD bien ambientado y genial relato en definitiva. ya te han comentado algunos errores por ahí así que me quedo solo con lo bueno 😛 Bien hecho.
.KATTY.
gzescribano says
Muchas gracias lo Katty, pero si tienes algo “malo” que decirme, soy todo ojos. Saludines.
Stiby says
Muy buenas,
La idea para el objetivo me ha parecido buenísima desde el minuto uno, te felicito. Escuchaba las canciones al mismo tiempo que veía la escena. En concreto esta frase me ha gustado mucho “Nunca se supo si la música hacía daño al enemigo, lo que era un hecho es que sí se lo hacía a sus propios soldados.” Y me ha hecho gracia que la mujer no se inmute cuando le dan patadas en la entrepierna. Duele también, eh, aunque mucho menos que a los hombres, más que una patada en el culo xD Por último, entiendo que son referencias al entorno bélico pero me ha cansado un poco los insultos de “zorra” “hijo de perra”, etc.
Sobre estilo, tienes una errata aquí “Catorce mese llevaba el Coronel” (meses) y falta una coma aquí: “Casi el doble(coma) joder, no podemos fallar.” y aquí: “¡Muerde el polvo (coma) pajarito!” y aquí: «Te tengo (Coma) bastardo»,” ¿De dónde coño han venido esos disparos (coma) capitán? ” (en general fallas en los vocativos)
Por último comentar que me parece un poco triste que no tengas puntos sólo por no hacer las pegatinas 🙁 comentas relatos, escribes guay y le pones interés y al final duele tener que poner ahí un cero. Te aconsejaría que la hagas en cuanto decidas qué objetivos/objetos vas a usar y así puedes subirla en cuanto cumplas todo, no sé, eso ya como veas. Pero bueno, es como que no te da interés el tema de las normas y tal y nos da un poco de pena porque a mí por ejemplo este relato me ha parecido muy bueno!
Abrazo!
gzescribano says
Hola Stiby
Gracias por tus palabras. Sí, tengo una “jartá” de errores con las comas y los vocativos. Ya me lo comentó Aitziber. Gracias nuevamente por decirme lo que está mal, lo agradezco muchísimo, de verdad. Respecto a las pegatinas es pereza, dejadez y falta de tiempo. Si crees que debo abandonar el reto me lo dices, no hay problema. Lo siento.
Mil gracias por pasarte por aquí, te debo un par de lecturas, en breve lo haré. Saludines
Ramón Tomé says
Un relato corto para una tarde de Domingo que se hace entretenido.
Me resulta curioso ver cómo se hacen relatos con unos objetivos concretos y los resultados que se obtienen.
gzescribano says
Muchas gracias, Ramón.
Sabina says
Me sorprendió que el relato fuera de guerra, y que la protagonista, sea una francotidaroa de ta sólo 16 años. Y pone que ya debería estar casada. ¿Qué año es para que a los 16 años, ya sea una solterona?
Hay que corregir algunas faltas gramaticales, rte de eso, ha estado entretenida la historia. Y me ha gustado que fuera una chica de 16 años la .
No es de mi género favorito, pero, está bien leer otros géneros, de vez en cuando.
gzescribano says
Hola, Sabina. Gracias por tus apreciaciones. El relato tiene muchos fallos, sí. Lo escribí hace mucho tiempo. Se supone que es un páis árabe donde, todavía por desgracia, los padres siguen vendiendo a sus hijas para casarse. Gracias por leerlo. Hasta pronto.
LeMo says
Hola Gerardo, muy fluido el texto. Me ha encantado tu play list, 😉.
La historia da para más, me he quedado con las ganas.
Si te pongo un pero al que te dijeron en su dia:
¿En qué época está basada la historias?
Lo digo porque los ipod fueron creados a principio del 2000/2001.
Y me he preguntado, ¿ como carga la batería?
Esto es un tema de verosimilitud.
Por lo demás muy visual.
Enhorabuena
gzescribano says
Gracias, el relato tiene muchos fallos, lo escribí hace mucho. Está ambientado por esa época, poco después del 11-S, Lo de cargarlo tienes razón, pero ten en cuenta que esos bichos duraban con batería muchísimo tiempo. No obstante es muy mejorable.
Gracias.