Recuerdo la Navidad como una de las épocas más felices de mi infancia: familia, regalos, petardos y luces.
Hasta que mi padre le pegó un bofetón a mi madre el día de Nochebuena.
Recuerdo ese día como el de mi paso de la infancia a la adolescencia. Ya nada fue igual. El día siete de enero, cuando volví al colegio, descubrí que los Reyes Magos eran los padres. Unos padres que no se querían y que estaban juntos por mi hermana y por mí.
No volvió a repetirse aquel bofetón, al menos en nuestra presencia. Nunca supimos el motivo, porque tampoco recuerdo una discusión fuerte; solo que mi madre le dijo algo acerca del hermano de mi padre, nuestro tío. Nada más.
Desde entonces, cada vez que no sentamos a cenar en Nochebuena, recuerdo a la perfección ese sonido seco, y la mejilla enrojecida de mi madre y sus ojos iracundos a punto de llover lágrimas.
No, no se repitió en la práctica, pero esa violencia se me clavó tan dentro que cada vez que se acerca la Nochebuena, estoy deseando que sea siete de enero.
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Izaskun says
Madre mía que fuerte y que real tu relato. Desgraciadamente muchos niños viven esa situación en sus casas,es triste que vivan una realidad así,cuando lo único que debería preocuparse es jugar y ser felices,y sobretodo en una época tan mágica como lo es la Navidad.
Un abrazo 🤗
gzescribano says
Gracias por tus palabras, Izaskun.
Ramón Tomé says
La violència en el hogar duele tal vez más porque quién lo sufre es alguien cercano y eso duele como si fuese a uno mismo.
Al resto de violencia, a esa de las guerras, a esa de las calles, a esa que ves en países lejanos, a esa ya estamos acostumbrados y esa casi no nos duele.
Tal vez es que, como la muerte, tenemos que vivir sin pensar en ella porque sino no seríamos capaces de vivir.
gzescribano says
…no seríamos capaces de vivir… Muy bonito, Ramón.
Angels Aguilera Lopez says
Un buen relato navideño. Pq en navidad no todo es campanitas y risas y descubrirlo es abandonar parte de la infancia. Zarzo siempre expresando mucho en tus relatos cortos.
Q disfrutéis de la fiestas y para los q son un poco Grinch q pasen rapiditas.
gzescribano says
Eso, eso, que pasen rápido. Gracias por pasarte.
Mercé says
Yo también soy Grinch y el 24 y el 25 son como otro día cualquiera…
Un relato muy real, a veces el maltrato no es sólo físico, el psicológico también mata.
gzescribano says
Bienvenida amiga Grinch!
Cristina says
Muy buen relato, sin haber vivido esa violencia en primera persona, empatizo 100% con el protagonista.
En Navidad se suele dejar de lado todo lo malo, pero el fantasma de lo que no está bien sigue ahí, acechando detrás de las risas y la “felicidad”.
Igualmente, felices fiestas 🙂
Sonsoles Moreno Mayoral says
No me gustan estas fiestas, lo que tu sientes, es lo mismo que he sentido yo a lo largo de los años y desde muy pequeña: situaciones complicadas entre familiares, conversaciones que se torcían, disputas necias por motivos absurdos etc…
Mi madre adoptiva en esas fechas estaba de peor humor que de costumbre, imagina lo que eso significaba para mi.
No era Noche de Paz.
En la edad adulta, mientras mis hijos han sido pequeños he disfrutado con ellos y por ellos.
A día de hoy no son celebraciones que me conmuevan, demasiado consumismo, demasiada vacuidad. No significan nada para mi, máxime cuando hay lugares en la familia que están vacíos, también ese hueco se nota en el corazón.
Tu relato es totalmente veraz para muchos, que incluso con ojos de niño y niño expectante , por nuestras circunstancias,, por la huella que nos dejaron, sentíamos ese tiempo de fiesta como un tiempo desasosegante y que producía miedos e incomodidades.
En nuestra sociedad habrá muchos para quienes estos días sean maravillosos ,llenos de alegría y situaciones positivas. Bien por ellos. Me alegro; verdaderamente no tiene que ser igual para todos. Todo depende.
Mil gracias por este relato, por la oportunidad de leerte.
Un abrazo de Grinch a Grinch.
gzescribano says
Gracias, amiga Grinch
Tomás Andrés says
Tan real cómo la vida misma, todo no es felicidad aunque sea Navidad.
gzescribano says
Sabias palabras
Bea E says
Decir mucho con poco. Es muy bueno. 👏🏼
gzescribano says
Gracias y bienvenida.
Bea says
Un relato muy real que por desgracia sufren muchos niños. Haces que empaticemos con el protagonista y es que en Navidad no es todo tan mágico como nos hacen creer.
gzescribano says
Hola, gracias por leer y comentar los tres relatos. Me pone muy contento, sobre todo que te gusten.
¿Me has dejao una reseña en Amazon, verdad? Te lo agradezco no sabes cuánto.
Hasta pronto.
María says
Siempre la navidad tiene que ser regalos, familia, alegría… Todo caretas!!! Todo falsedad!!!
Hay que demostrar el amor, la amistad y la familia ( de sangre o no), todo el año.
Es que me fastidia que todo el mundo se acuerde de la gente en esas fechas, y después se acabó hasta la navidad siguiente.
¡Siento mucho lo sucedido!